En la 6ª edición de Rostros de la Ciencia Paraguaya presentaron al Dr. Jorge Molina

El Dr. Jorge Molina Insfrán es físico, Docente Investigador de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Asunción (FIUNA). Desde hace varios años colabora con grandes centros de investigación, como el Fermi National Accelerator Laboratory (Fermilab) de Estados Unidos y la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) de Suiza. En el 2009, regresó al Paraguay para aplicar los conocimientos adquiridos en el exterior y dedicarse a investigar a tiempo completo.

Fuente: Conacyt

En esta entrevista, nos cuenta cómo se adentro al mundo de la física y por qué decidió dedicarse a la investigación. Además, nos habla sobre los proyectos en los que se encuentra trabajando en la actualidad, entre ellos la búsqueda de la materia oscura.

¿Cuándo y cómo nació su interés por la investigación científica?

Cuando estaba en el colegio, tenía 15 años, leí un libro que hablaba sobre las reacciones nucleares. Desde ahí ya me apasiono el tema, me gustó mucho y seguí siempre por ese camino.

¿Por qué decidió dedicarse a la física?

Aunque siempre me llamó la atención lo relacionado a la ingeniería, en los primeros meses del cursillo de ingreso me di cuenta de que no era tanto la ingeniería tradicional lo que me interesaba sino la física, eso era lo que más me estiraba.

Me formé en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales – FACEN y después hice el doctorado en Brasil, aunque la tesis la hice en Fermilab, Estados Unidos. Eso fue de 1998 al 2003. Comencé el Doctorado en Buenos Aires (Argentina) pero debido a la falta de financiamiento tuve que pedir ayuda al Centro Latinoamericano de Física (CLAF) y ellos me pagaron la beca para estudiar en Brasil. Es lo que todos los físicos paraguayos que queremos dedicarnos a la investigación estamos obligados a hacer, porque aquí no hay posgrado en física. Sin embargo, siempre supe que estaba dispuesto a hacer el sacrificio.

En aquel entonces mi pasión era la física nuclear, pero en el camino me di cuenta de que me gustaba más la física de altas energías, que es donde está la frontera de la investigación. Digamos que la física nuclear, si bien tiene algunos retos todavía, es algo más dominado y ya no está rompiendo la frontera del conocimiento de la manera en que lo hace la Física de Altas Energías (High Energy Physics o HEP en inglés).

¿Qué lo motivó a dedicarse a la investigación?

Fue algo interno, por mi amor a la física, a lo desconocido y por querer encontrar los secretos del universo. En realidad, va un poco de la mano de la Filosofía, que es algo que me gusta mucho. Aunque la ciencia te va a dar cierto tipo de respuestas sobre cómo funcionan las cosas, por ejemplo: cómo se originó el Big Bang, cómo evolucionamos hasta ahora, qué es la materia etc, no entra en las cuestiones que solo pertenecen a la filosofía: por qué existe la vida, hay algún propósito en la existencia del ser humano, a dónde vamos, estas son preguntas que la ciencia nunca va a poder explicar.

¿Cuáles son sus principales líneas de investigación?

Mi principal línea de investigación es la Instrumentación Científica. Lo que hacemos es utilizar nuevos tipos de sensores para tratar de detectar partículas nunca antes medidas, específicamente queremos medir la materia oscura y los neutrinos de bajas energías generados en reactores nucleares. Haciendo el doctorado en Fermilab, trabajé con un colega argentino, y después, mientras hacía mi segundo Posdoctorado en España en 2008, me volví a contactar con él, quien estaba trabajando en FERMILAB con los detectores de CCD para el telescopio de la colaboración DES (Dark Energy Survey), y juntos fundamos un experimento que se llama DAMIC (Dark Matter in CCDs o Detección de materia oscura con CCDs), que utilizan estos nuevos sensores para intentar detectar la materia oscura.

¿Tuvo algún mentor o tutor que haya marcado u orientado su investigación?

Tutor o mentor, no. Colegas, sí. Por ejemplo, el Dr. Juan Cruz Estrada Vigil, físico argentino que está en Fermilab. Él es el que está empujando la tecnología de CCDs en el Fermilab, y con él estoy trabajando más. Vino este año en el marco de mi proyecto de investigación financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), y dio una charla en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) que fue todo un éxito porque más de 700 personas asistieron.

El Dr. Estrada es el jefe de la división de materia oscura del Fermilab y con él estoy trabajando en esa área. Cuando yo vine acá no existía la investigación en física, entonces me ayudó mucho que él me haya apoyado desde allá, dándome un espacio dentro de la colaboración. Inicialmente lo que podíamos hacer eran simulaciones y análisis de datos, después, lentamente fuimos colaborando con ingeniería electrónica y ahora estamos diseñando una estructura mecánica que van a albergar a los nuevos detectores del experimento CONNIE, y también estamos comenzando a implementar la técnica de Deep Learning en el análisis de los datos capturados con los CCDs.

¿Cuántos artículos ha publicado?

En mi área, cuando hablamos de altas energías son grandes colaboraciones mundiales. Por ejemplo, en el Experimento Subterráneo Profundo de Neutrinos (DUNE) somos más de 1000 profesionales trabajando, cada uno con su parte y cuando se escribe un artículo, lo corregimos y lo firmamos todos. En total tengo más de 100 papers en colaboraciones grandes como las de Dzero (un experimento del Fermilab donde realicé mi tesis de doctorado), y las del experimento CMS (Compact Muon solenoid) del CERN. Pero con los experimentos chicos, como los CCDs, tenemos 9 artículos en revistas. También tengo artículos de presentaciones en diversas conferencias, llamados de The proceedings.

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¿Cuáles son las limitaciones para realizar investigación en Paraguay?

Primero, falta un poco de masa crítica y de visión de la sociedad. En Paraguay estamos comenzando a preparar gente que pueda dedicarse a la investigación, pero no tenemos ni cultura, ni industria preparada para eso, así como tampoco tenemos una ley que proteja a los investigadores.

Normalmente, hacer experimentos en el campo de las ciencias duras y de tecnología es muy caro, porque necesitamos instrumentos caros. Si bien Paraguay está despertando a la investigación, estamos muy lejos todavía de los principales centros. Por eso, para hacer investigación de primer nivel, lo que nos queda es colaborar con instituciones internacionales para aprender con los mejores científicos y técnicos, ganar experiencia, que después será usada para atacar cualquier problema que pueda surgir, sea para la realidad nacional, o incluso internacional. A esto se le llama transferencia tecnológica.

¿Cuáles son sus sueños o metas relacionados a la ciencia y a la investigación?

En lo personal, yo puedo decir que ya llegue a lo más alto que se puede llegar. Más que esto no hay, estamos jugando la Champions por hacer una comparación burda. Solo nos queda mantenernos en este nivel trabajando con los dos mejores laboratorios del mundo en física y en tecnología, que son el Fermilab y el CERN. Recientemente el CERN aceptó firmar un convenio de cooperación con el Paraguay a través del CONACYT, y en la semana viajamos con una comitiva de la FIUNA al FERMILAB para la firma de un convenio entre ambas instituciones, donde formalizamos la cooperación que tenemos con ellos desde hace rato ya.

Mi deseo es que el país cuente alguna vez con un centro de investigación de élite, con laboratorios que podrían estar manejados por el CONACYT u otra institución independiente del poder político, como se hace en otros países. Este centro debería interactuar de cerca con las Universidades para que los mejores estudiantes, a aquellos que realmente les atrae la investigación, puedan entrenarse y realizar sus sueños de colaborar con la ciencia actual.

¿Qué sacrificios implica hacer ciencia o investigación en Paraguay?

Uno de los mayores sacrificios es pelear contra la burocracia que rige sobre el manejo de fondos para la adquisición de equipos de laboratorio. Por ejemplo, importar o comprar componentes electrónicos es un drama, ya que para comprar por la UNA con las licitaciones se tarda mucho tiempo y es muy engorroso. Deberíamos tratar de conseguir que el gobierno otorgue algunas excepciones para gastos menores a cierto monto, como hacen en Fermilab, donde existe una “caja chica” para que cada laboratorio haga sus gastos pequeños, y dejar que las licitaciones sean para equipos caros.

El otro sacrificio es pelear contra la ignorancia, sobre todo de los colegas de épocas anteriores. Muchos en la UNA se sienten amenazados porque creen que nosotros (los investigadores que volvemos del exterior) les vamos a sacar el puesto o el poder, cuando lo que queremos es investigar y ayudar a los que quieran desarrollarse en este camino.

¿Qué les diría a los que desean dedicarse a la investigación?

Que persigan sus sueños. Hoy en día lastimosamente todo lo que sea correr detrás del dinero está muy de moda, todo el mundo cree que debe ir detrás del dinero como si de eso dependiera la felicidad. Eso es algo que yo les digo siempre a los ingenieros que se sienten atraídos por los desafíos: ellos pueden ganar más dinero en el sector privado, pero la satisfacción que te da la ciencia al ir venciendo los desafíos que uno se va poniendo no tiene precio. Pero ojo que no todos están hechos para el estilo de vida que demanda la investigación, hay gente a la que le gusta y está dispuesta a sacrificarse. Es difícil porque es un área muy competitiva y van a encontrar muchos tropiezos y sinsabores. Uno apuesta una buena parte de su vida a una idea, y de repente el experimento (o la idea) no funciona. Pero lo bueno, es que siempre vienen nuevos desafíos.

¿Cómo servirían a la sociedad los resultados de la investigación sobre materia oscura?

Te voy a contestar con una pregunta, ¿de qué nos sirven todas las investigaciones que se hicieron en el CERN? Puede parecer que no sirvió para nada, pero nos cambió la vida a todos. En los años 80 cuando se estaba buscando el bosón de Higgs en el CERN había tanta información que no sabíamos cómo hacer para guardar, compartir y analizar los datos que se estaban tomando. El problema es que no se sabía cómo compartirlos en tiempo real para su análisis, por lo que tuvieron que inventar un protocolo que se llamó “www” que al final cambió a la humanidad.

O sea, estos desafíos de la física de hoy tal vez no nos van a cambiar la vida, pero las tecnologías que se van creando para responder a estas preguntas son las que impulsan al mundo. Si no tuviéramos el desafío del bosón de Higgs, la ingeniería computacional, electrónica, de aceleradores, criogénica, etc., no hubieran crecido tan rápido. Uno tiene que apuntar a objetivos muy grandes para que la tecnología pueda llegar a donde no llegó todavía y en el camino se van a crear las aplicaciones.

Otro ejemplo, cuando se inventó en el CERN el experimento Compact Muon Solenoid o Solenoide compacto de muones (CMS) se tenía que medir con el calorímetro electromagnético las partículas cargadas, positrones y electrones, sobre todo. El objetivo era la creación de un detector con mucha resolución, el cual una vez logrado, se pudo usar en medicina, y es lo que se usa hoy en tomografía por emisión de positrones o PET (Positron Electron Tomography).

Tal vez esta electrónica de bajo ruido que estamos creando ahora para el experimento DUNE lo podamos usar en equipos de resonancia magnética, al final el objetivo y el principio físico son los mismos: ninguno de los dos amplificadores tiene que introducir ruido electrónico y debe tener una relación de señal-ruido óptima en la lectura de los parámetros físicos de interés.

Si podemos desarrollar todo el sistema para que la creación de las imágenes sea accesible, entonces podremos llenar nuestros hospitales con estos aparatos. Es un proyecto ambicioso, pero tenemos a mucha gente capacitada para llegar al objetivo, y además es un proyecto internacional.

La materia oscura, o los neutrinos, pueden -o no- traer adelantos tecnológicos en el futuro, eso no lo sabremos hasta que lleguemos al objetivo. Pero lo que sí nos va a traer son hechos que van más allá de las cosas tangibles, y esa es la satisfacción interna de tratar de entender el universo donde vivimos. Eso lo demostramos el día en que el Dr. Estrada dio la charla que atrajo a más de 700 personas, esas ansias de conocimiento, esas respuestas filosóficas satisfacen tanto al alma como al intelecto.

Todos tenemos en mayor o menor medida la necesidad de responder preguntas como de dónde venimos, a dónde vamos, si el universo es cerrado o abierto, qué es la materia y la energía oscura. Y esas preguntas son las que nos hacen avanzar como seres humanos. Hoy es materia oscura mañana pueden ser la teoría de supercuerdas, no sabemos dónde vamos a acabar, pero lo que sí sabemos es que ese deseo de respuestas es lo que nos hace seres humanos o sino seríamos siempre lo mismo. Hoy en día se gastan miles de millones de dólares entre todos los experimentos del mundo, es la sociedad la que pone y es la sociedad también la que se retribuye.

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