Las nuevas Ingenieras de la FIUNA

Jóvenes mujeres llegan a sus metas, concluyen carreras que fueron territorio masculino por mucho tiempo. Ellas pertenecen al cuadro de honor de la Universidad Nacional de Asunción, con notas por encima de 4, y quién sabe si dentro de un tiempo no las vemos al frente de un proyecto útil para nuestro país. Aquí, nos cuentan cómo llegaron a este final que es un comienzo de sueños y desafíos laborales.

Paola María Camila Villalba Fiore (25) estudió en el colegio Santa Teresa de Jesús, es la medalla de oro de la promoción 2011 de Ingeniería Civil por la Universidad Nacional de Asunción, trabaja en una constructora y también es profesora en el programa de Jóvenes Talentos de Olimpiadas de Matemática (Omapa). No supo que era la mejor alumna hasta último momento.

“Es un verdadero honor, fruto de muchos años de esfuerzo y dedicación, estoy muy feliz y le agradezco a Dios por este reconocimiento”, sostiene. Paola, con ahínco e interés por aprender, se impuso en una carrera en la que predominan los hombres. Sobre sus proyectos dice: “El próximo año realizaré una maestría en Brasil y luego volveré; acá está mi familia y hay mucho por hacer en el país”.

Electromecánica

Silvia Arrúa Martínez (24), egresada de Ingeniería Electromecánica, vive con sus padres y su hermana, que este año termina Medicina.

“Ellos siempre me brindaron su apoyo para salir adelante”. No tuvo tiempo de aburrirse, “inclusive enseñaba ahí mientras cursaba mis últimas materias”. Además, cuenta que su familia y amigos le alentaron a seguir siempre. “Creo que no hay excusas para dejar de estudiar, la motivación está en uno mismo; y ahora que culminamos, ¡es la satisfacción más grande!”. Sus siguientes pasos se dirigen inevitablemente a una maestría en Ingeniería Eléctrica.

Muy agradecida

La nueva flamante ingeniera electromecánica María Belén Martínez Pavetti (26) afirma que es una persona muy bendecida por Dios, por la hermosa familia que posee.

“Mis padres hicieron, y siguen haciendo, un gran sacrificio para que mis hermanos y yo accedamos a la educación terciaria, nunca nos faltó nada”. Destaca que su novio fue su compañero en los últimos años, “luego fuimos compañeros en el trabajo final de grado, lo cual supuso muchas peleas (se ríe), pero siempre nos respetamos y reconocemos cuando nos equivocamos”. Al considerar el punto de vista académico, recomienda no olvidar que uno de los fines de la universidad es la investigación.

Complicado y emocionante

Alicia Arévalos (24), ingeniera civil, rememora sus inicios:

“Todo era completamente diferente al ambiente del colegio, desde el primer día definíamos conceptos y luego los aplicábamos a problemas cada vez más intrincados. Pero es una experiencia única, con gente con la misma meta, nos ayudamos, formamos grupos de estudio; la alegría es inmensa cuando pasamos una materia, y sentimos tristeza cuando un amigo no logra pasar”, expresa. Anhela efectuar una maestría en Brasil y seguir en cálculos estructurales.

Las construcciones

Claudia Eliana Vallejos Acosta (24), ingeniera civil con énfasis en construcciones civiles, residencias, edificios y refacciones, ya trabaja con su padre, el Ing. Isacio Vallejos, decano de la Facultad de Ingeniería.

“Ahora mismo estamos construyendo un puente sobre el río Jejuí en San Pedro, el segundo tramo de Ñu Guasu en Luque, y además empedrados y asfaltados”.Desde muy chica, recuerda que su padre la llevaba a las obras para conocer rutas y edificios. “Realicé mis estudios en el Colegio Técnico Nacional, participé en varias olimpiadas de Física”. Ser hija del decano de la facultad significó estudiar y finalizar la carrera: “Gracias a esa exigencia, no me atrasé en ningún semestre y terminé en seis años”, y resalta que ella debe continuar lo que él ya construyó. Su hermana mayor también es ingeniera, “yo soy la segunda; la tercera está haciendo Administración y la menor, en el colegio”.

La carrera perfecta

Ruth Barrios (25) es la única egresada distinguida de Ingeniería Industrial. Ella deberá manejar las nuevas tecnologías con procesos productivos que garanticen calidad.

“Nos recibimos 12 ingenieros industriales, de los cuales dos somos mujeres”. Algo que le motivaban eran los Juegos Universitarios de la UNA, “las chicas de Ingeniería jugábamos todos los deportes porque éramos pocas”, expresa con alegría, en contrapartida agrega que “el momento más difícil que me tocó vivir en la facultad fue la elaboración de mi tesis de grado. Pero si me preguntan, la volvería a elegir; es la carrera perfecta para mí”.

Alivio y satisfacción

La ingeniera electromecánica Silke Tabea Dyck Willms (25) cuenta que sus padres trabajan en una metalúrgica,

“ellos me apoyaron en cada paso”. Ahora que cierra esta etapa, siente alivio y satisfacción. “Hay muchas cosas para las que la facultad no te prepara, pero supongo que en todo es así, lo demás se aprende sobre la marcha”. Realista y auténtica, asegura: “Creo que el ejemplo y los hechos hablan más fuerte que cualquier otra cosa; una persona preparada hace una gran diferencia y es eso lo que quiero”.

“Hay muchas cosas para las que la facultad no te prepara, pero supongo que en todo es así, lo demás se aprende sobre la marcha; una persona preparada hace una gran diferencia” Sylke Dyck

Presencia femenina en ascenso

Muchas mujeres estudian y concluyen una carrera que demanda capacidad de gestión y aptitudes para la dirección del personal y capacidad de liderazgo, se lee en el sitio web http://sdi.cnc.una.py.

“Un 15 a 20 % de los alumnos que ingresan a Ingeniería de la UNA son mujeres. De ellas egresan cerca de un 10 %”, según la Ing. María Teresa Pino, vicedecana de la institución. “Entre las carreras elegidas por ellas, la Industrial se coloca en primer lugar, luego Civil, después Electromecánica y otras. Estas egresadas son las primeras en cinco años en Electromecánica. Sin embargo, una mujer es la vicedecana de la universidad”, destaca la profesional.

Por Mirtha González Schinini, ABC Color.

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