Nos quedan solo 35 años para prepararnos aseguró el Ing. Robert Cano durante una conferencia sobre Bono Demográfico que desarrolló en la Facultad de Ingeniera de la Universidad Nacional de Asunción (FIUNA). Explicó que actualmente la población productiva paraguaya presenta como nunca en su historia una mayoría de gente joven  pero esa tendencia irá decreciendo hasta ingresar en el denominado «invierno demográfico». 

Paraguay tiene mucha fuerza física, pero carente de educación y de salud, lo que puede en vez de favorecer su desarrollo perjudicarlo con incrementos en demandas sociales insatisfechas y mayores niveles de delincuencia y criminalidad, explicó. Detalló además que las pérdidas económicas sufridas por el país son mucho más elevadas, de lo que necesita invertir en salud y educación de su población para aprovechar al máximo el capital humano.

Cano dijo que nuestro país actualmente está pasando por un momento demográfico en que existe una enorme oferta de trabajo, no del todo satisfecha, que se traduce en migración, desempleo, pobreza, inseguridad o delincuencia, como consecuencias de la falta de fuente de trabajo para la gente que cada año se va insertando al mercado laboral. Del mismo modo, si ahora no nos preparamos, a partir del año 2065, nos sorprenderá una población con necesidades geriátricas, donde la demanda principal será salud y cuidado, advirtió.

En el año 2100 habrá un grupo de paraguayos viviendo el tercer centenario de la República con una realidad demográfica muy distinta a la actual y dependerá mucho de lo que hagamos hoy por esa generación futura. Casi un cuarto de la población será adulta mayor, apenas el 60% será población potencialmente productiva, y el resto será menor de 15 años.

Si la economía se quiere sostener sobre cada vez menos hombros, a partir de 2050 tenemos que hacer que la gente que sostendrá nuestra economía, los niños que están por venir deberán ser mucho más productivos que nosotros, porque si son igual que los agentes que hoy sostienen el desempeño económico, la situación de la población paraguaya dentro de 40 años será sumamente complicada.

Los desafíos son concretos, invertir en nutrición y educación, porque sólo los niños bien nutridos están preparados para una educación de excelencia. El primer paso ya está dado. El pasado 16 de agosto, Día del Niño, se promulgó la ley por la cual se garantiza la nutrición en la primera infancia, ahora se debe mejorar el presupuesto para educación, se debe invertir por lo menos un 7% del PIB en educación y empezar por mejorar la formación de los maestros.

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